Temor = Parálisis

Me habían dado ganas de hacer un escrito más artístico que filosófico (tomándome el atrevimiento de utilizar este término, sólo para que se entienda bien la diferencia de los conceptos)

Algo mucho más literario y bello a los ojos, que retorcido o destinado a la razón. Yendo a lo cursi o lo clichè, algo que "llegara al corazón y no a la mente".

Tal vez más adelante lo haga, aunque cada vez son más los que leen mi flog y no me entero, ahí van a encontrar textos un poco más "literarios" tal vez.

Lo cierto es que lo que cambió mi intención primera fue una frase que acaban de decirme:


"Siempre vas a ser prisionera de tus ilusiones"

Tuve que desmentirlo y admitir que la palabra ilusión hace bastante que no forma parte de mi léxico.

Ojo, no lo digo con tono melancólico ni de manera compungida, simplemente me doy cuenta hasta que punto llegó mis desconfianza, que ni siquiera puedo creerles a aquellos que me rodean y me profesan su cariño, su respeto y su atención.

Cualquier psicólogo diría que es baja autoestima, que hace que no me considere verdaderamente digna de todo aquello.

Yo me limito a decir que no hay nadie que me brinde mayor seguridad que yo misma (excepto aquellos momentos en los que creo que mi psiquis estallará en mil pedazos, pero no se preocupen, se da sólo un par de veces por mes).

Desde esto que les digo, puede que comprendan un poco más a los miedos a los que me refería en la entrada anterior.

Así como espero al futuro, le temo.

Voy a confesarles algo, ya que estamos en confianza (o mejor dicho, ya que sé que nadie conocido lee este blog). Se acerca el momento de tener que definir que es lo que quiero hacer con mi vida. Bah, relativamente, sé que nadie me obliga a definirme a esta altura de mi vida o por lo menos, que muchos lo hacen después. Ah, existía la sociedad.
Justamente eso es lo que me interesa. Me encantaría estudiar sociología.

Lo sé, no tienen que decírmelo. No tiene buena salida laboral, verdad?

Créanme que es una de las razones por las que me doy la cabeza contra la pared todos los días.

Sí, Martín ya "me cagó a pedos" (Dejé la diplomacia arriba de la mesada)

Soy joven, no debería preocuparme por las inversiones, dejarme de joder y vivir la vida.

Hay tantos hábitos que debería cambiar.

Al fin y al cabo no son más que eso, hábitos. No nacemos con ellos, por lo tanto, tienen que poder modificarse, no?

Todos tememos, en mayor o menor proporción. La clave está en que el miedo no nos paralice.

Creo que en mí, ya paralizó la parte de la confianza y los sentimientos. Aunque nunca es tarde para que aparezca el antídoto, verdad?

Gracias x los que pasaron y comentaron (Léase: Martín y Hernán) y saludos a aquellos que no comentaron, que sé exáctamente quienes son.

Y ya que el anonimato de este espacio pasó a ser relativo, se va todo al carajo.

Que la vida les sonría.

Dani Bani!