23 de marzo de 2010

Hipótesis

No puedo dejar de preguntarme quién sos. Cómo habría sido conocerte hace 3 años. Ni más, ni menos.

Tres.

Me mata la curiosidad de imaginarte tan diferente, de imaginarme tan idéntica, tan fantasmal.

Te veo con una cerveza en la mano, yo con un vaso de seven up.

No te habría cruzado en un bar, y muchísimo menos en un boliche, pero de sólo pensarlo, me río sola.

Te prendés un pucho, te miro con rechazo. Odio el olor a cigarrillo. Odio el aliento a cigarrilo. Odio el cigarrillo.

Estamos al aire libre, indefectiblemente. No tolero los ambientes cerrados llenos de música, y gente, y humo, y alcohol. Estamos al aire libre.

Apoyada contra una pared, me mirás. Nada demasiado llamativo, sólo una cara de traste que no se disimula ni con el mejor maquillaje.

Mis amigas me dejaron plantada otra vez.

Te acercás.

Tomás cerveza, fumás, definitivamente no sos mi tipo.

Pero estoy aburrida, y me resultás... interesante.

Hablamos de música. Yo no caso un fulbo de lo que me nombrás, pero me hago la entendida y tiro algún chiste irónico en el medio, para hacerlo más entretenido.

Te reís. Un poco por compromiso, pero te reís.

Mandás algún chamuyo barato, otra frase clichè, y terminás preguntándome por qué estoy sola.

- Es la costumbre - te respondo.

No lográs procesar del todo la respuesta, tu estado no te lo permite.

Vaya a saber por qué me nombrás una película, y mis sonrisas comenzaron a ser más sinceras.

Empiezo a olvidar el cigarrillo, a obviar la cerveza de la que no te despegás.

Ya no sos uno más de los que "siempre viene por acá".

Pero la conversación se torna un poco densa para un sábado a la noche. Tengo sueño, estoy enojada y vos estás en pedo.

Te aburrís un poco. Me hago rogar. Histeriqueo.

Me decís que tus amigos te llaman.

Me das un beso en la mejilla.

Jamás te vuelvo a ver.












Sí, creo que así hubiese sido.

22 de marzo de 2010

Él y yo, fantasmas.

Tengo que admitirlo, soy celosa.

Como el 80% de las mujeres (tal vez un poco menos), hago todo lo posible por disimularlo.

Pero claro, no celo a mi novio, o a mi hermano, o a una amiga.

Celo fantasmas.

Los persigo, los exploro, los busco.

Algunos con más ímpetu que a otros, inevitablemente.

Los puteo, los añoro, los envidio.

No los entiendo.

Pueden vivir sin mí. Pueden vivir con alguien más.

Me mintieron.

Le mintieron a mi fantasma.

Es una lucha de pasados, un tirón de pelos histórico.












- Te tiene que importar 3 pitos, Daniela.

- Me importa 3 pitos pero no puedo evitarlo, son casi las 12 de la noche y el pasado está a tan pocos clicks de distancia.







¿Cómo era yo antes de vos?
¿Cómo eras vos antes de mí?
Algún día vas a tener que decírmelo.

Algún día quiero que me lo digas.
Quiero conocerte completo, no por cuotas.