26 de diciembre de 2008

Adiós 2008 escolar.

Aunque aún lo digo y no lo creo, este año alcancé un objetivo (o cumplí una condena, como quieran) que en más de una ocasión creí mortal.
Supuse que llegaría sin un brazo, o coja, o con alguna pastillita de la felicidad de ayuda. Pero no, gente, nada de eso.
Salí viva, y llegué igual. Bueno, definitivamente igual es de la última manera que llegué, pero mis signos vitales estuvieron intactos.
No estaría bueno ponerme a hacer una crónica de mi vida estudiantil, porque 2 cosas podrían suceder cuando finalizaran su lectura (en el supuesto caso de que aguanten hasta el final):

1) Pensarían que en realidad no me llamo Daniela, sino Stephen King, y lo único que quiero es promocionar mi libro "Carrie".
2) Terminarían de corroborar sus hipótesis acerca de que soy objeto de algún tipo de experimento socio-científico o fui víctima de una manipulación genética o un proyecto de la CIA para comprobar si es aplicable el método de Orwell en "1984".

Okay, todo lo que digo carece de sentido, debería haberme conformado con un simple adiós al 2008 en general. Pero como siempre me decido por lo complicado, prosigo.

Hace poco escribí acerca de lo que me producía egresar del colegio secundario, pero fue un texto bastante anti personal. Ojo, fue sentido, pero admito que aún no caía la ficha de que todo había realmente finalizado.
Aunque creo que aún hoy tampoco he terminado de procesarlo.

Tener el diploma en la mano que certifica que logré algo que creí imposible, es una sensación imposible de transcribir (imposible para mí, que soy un asco para describir sensaciones).

El 2008 comenzó como la recta final. Hice un poco de alineación y balanceo durante las vacaciones, para intentar llegar con todo en regla y lo más aceitado posible (como para que todo resbale más, vieron?). En un principio no fue tan complicado, pero con el correr del tiempo mi paciencia -que llegó a un nivel prácticamente nulo- y mis ansias por llegar al 12 de diciembre impoluta, hicieron que mi estado de "equilibrio" (si es que es posible llamarlo así) se transforme en una pseudo utopía.

No puedo quejarme, el 2008 en este aspecto me sorprendió más de una vez. Desde un viaje de egresados que NO QUERÍA HACER y me descubrió en una misma habitación con esos seres hasta entonces indeseables, y un estado deplorable en los pasillos del hotel, hasta una cascada de escritos entre suicidas y esperanzadores (algo así como una Teresa de Calcuta emo), debo reconocer que por momentos hasta yo debía cachetearme para creer que lo que sucedía era cierto.

Y lo es. Finalicé mis estudios secundarios. Y lo hice viva, e incluso, por algunos momentos, feliz.

Sé que lo que viene no es fácil, pero es real. Lo que siempre esperé se me vino encima, yo elegí bailar (y el ritmo más jodido), de Lafauci depende mi futuro (por las dudas me pongo un buen escote).

Hoy le digo adiós a mi año escolar. A mi vida escolar. Y lo hago sin nostalgia, sin tristeza, y con el alivio de saber que jamás regresará.

Les suplico que se ahorren comentarios tales como: "Ya vas a extrañarlo", "Cuando sepas lo que se te viene, vas a ver como vas a querer volver" y similares.

No sólo me enervan -por el simple hecho de que me siento una adolescente incomprendida-, sino también porque sé que aunque deteste el sistema universitario o las responsabilidades que competen a un adulto (aunque sea en vías de desarrollo), preferiría la horca a regresar a ese lugar.

Me despido con una sonrisa en la cara por el deber cumplido, por la condena finalizada, por la esperanza de tomar mi camino y por no tener que volver a comer un sánguche de Marcela, la quiosquera.


Adiós 2008 escolar, al menos me permitiste tomar mate alguna que otra mañana. Extrañaré los llantos en el baño y el autocontrol para no cometer homicidio, las siestas en los bancos y los discursos subversivos.

Fuiste, sos y serás lo mejor que me pasó. Ni más ni menos que porque gracias a tu "simulacro" de vida, hoy soy (y estoy) así.

Sonará extraño para algunos, pero lo agradeceré eternamente (ahora conozco maneras ingeniosas de prender fuego cosas sin ser detectado).

CHAU 2008 ESCOLAR!

Puedes pudrirte en el infierno de mi memoria, babosa.

Adiós 2008: Introducción

Pocos de ustedes deben saber que el 31 de diciembre tiene un gusto particular para mí. Gusto que excede el del vitel toné, la sidra (que este año brilló por su ausencia), el mantecol o la ensalada rusa.
No dudo cuando digo que yo festejo "fin de año". No es que tenga un problema específico con los comienzos peroooo.. realmente llegar a diciembre resulta una odisea en varias ocasiones, y siempre creo que alcanzar una meta es digno de celebrarse. Sí, sí, los proyectos, los cambios, todo eso es genial.
Disculpen, pero en lo personal, el 2008 me cerró el traste en taaaantos aspectos, que el tema de la planificación la dejo en stand by, al menos hasta el 1º de enero.
Anyway, a lo que apuntaba es que me encanta esta fecha, me trae una satisfacción que me cuesta describir. Imagino que debe ser parecido a lo que sienten los sobrevivientes del Titanic o de un recital de Pimpinela (?).
Es por esto que considero necesario despedirme de este 2008, año movido si los hubo. Y como realmente hace mucho que no escribo (no vayan a pensar que es porque estoy al gas), voy a dedicar las siguientes entradas a distintos aspectos de estos 12 meses que considero, merecen un chau con todas las letras (o por lo menos con algunas).
Sin más, ya daré comienzo al primer adiós.