10 de febrero de 2008

Exfoliación del Alma


Exfoliar: Descamar, pelar, eliminar impurezas.

Eso es lo que pretendo hacer acá.

Exfoliar.


Pero no eliminar, sino regenerar.

De eso se trata, de descamar lo podrido.

Pero sin tirarlo a la basura, al olvido.

No soy de aquellos que creen que en la eliminación de los recuerdos se encuentra la felicidad.

Por el contrario, recordar puede ser revivenciar, y a su vez, analizar, recapitular, reorganizar.

Esto intentaré hacer de ahora en más.

Revivir, sin resufrir.

Probablemente no entiendan demasiado, pero con que yo lo haga, me alcanza.

Tal vez no dure nada, o nadie lo lea, o a nadie se lo revele, o jamás lo actualice.

Pero tal vez no.

Por ahora, seguirá escondido, revoloteando por el ciberespacio de los anónimos.

Ay! Como amo eso de internet!






El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.


Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.


Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.


Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.


Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.
Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre.


Elizabeth Bishop




Así es, my darling. El arte de perder no es muy difícil, no crees?


Aún si aquello se lleva con nosotros un pedazo de alma.




Aclaración importante: Siempre que deje algún texto, párrafo, poema o cualquier clase de escrito que no sea de mi autoría, lo notificaré, como hice un poco más arriba. De saber el nombre del autor, se los diré, de no ser así, simplemente diré, tan fría y secamente como suena: "No lo escribí yo"

No me gusta adueñarme de la creatividad ajena, de la cual admito que carezco.

Me quedo con admirarla.

Saludos a los que lean esto, si es que alguien lo hace.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de todo, alguien lo hace... un saludo desde Tenerife.